tag:blogger.com,1999:blog-17678889662475523472023-11-16T07:58:15.975+01:00Monjes CarmelitasExperiencia y vivencia del CarmeloUnknownnoreply@blogger.comBlogger17125tag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-73188174166586731452018-12-31T20:01:00.002+01:002018-12-31T20:01:35.678+01:00El niño Jesús perdido y hallado en el templo <center><TABLE bgcolor=#13809F border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" width="600"> <TR>
<TD bgcolor=#13809F valign="middle"><br />
<DIV align="center"><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggk8NlJ4LfYLK-zsuF7R5fSadSZTmbNLlTOAfM36UV7d1qeRSkNMEY54Q68KJEdDNx5oD3AXOCxw-7XdNahJ23Kw7CBFUhpeUfHLmG5znDxIhhmnAUpzLAgp4mXLhYidxWzDMGT0vvQQ/s1600/post_monjes_a1.png"><br />
<h3>CRISTO LES RESPONDE QUE VEAN SUS OBRAS: "LOS CIEGOS VEN, LOS COJOS ANDAN, LOS LEPROSOS SON LIMPIADOS, LOS SORDOS OYEN, LOS MUERTOS SON RESUCITADOS, Y A LOS POBRES ES ANUNCIADO EL EVANGELIO.</h3><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCyGbDvchfhR-Qvfu1qxNDHKQ1r_stbu8ACeFsPQsuPv4I74H6Clv53MOcHxsJNtgqMo7bllzpacXrhFy-fDsoxxFQNXzos7sLx2il-g95bIoG9Wr7oh5hJFkV4cgkPz5fG-QXEhg7bw/s1600/post_monjes_b.png"><br />
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Este acontecimiento de la niñez de Cristo se describe en los evangelios, podemos leerlo en Lucas 2,41, y también es uno de los misterios gozosos que contemplamos en el Santo Rosario.<br />
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Los evangelistas no hacen mención alguna a la infancia de Jesús, y todos ellos se centran, en casi su totalidad, en lo que se ha dado en llamar "su vida pública", es decir, los años en los cuales estuvo anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios, llamando a la conversión. Esta vida pública de Jesús se lleva todo el protagonismo en los Evangelios, ¿por qué, entonces, San Lucas nos hace detenernos en el pasaje del templo?<br />
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<DIV align="center"><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggk8NlJ4LfYLK-zsuF7R5fSadSZTmbNLlTOAfM36UV7d1qeRSkNMEY54Q68KJEdDNx5oD3AXOCxw-7XdNahJ23Kw7CBFUhpeUfHLmG5znDxIhhmnAUpzLAgp4mXLhYidxWzDMGT0vvQQ/s1600/post_monjes_a1.png"><br />
<h3>ESTA CONSCIENCIA DE SU DESTINO Y DE SU TAREA, ES ESENCIAL PARA QUE VEAMOS CLARAMENTE QUE CRISTO NO SURGIÓ "DE LA NOCHE A LA MAÑANA".</h3><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCyGbDvchfhR-Qvfu1qxNDHKQ1r_stbu8ACeFsPQsuPv4I74H6Clv53MOcHxsJNtgqMo7bllzpacXrhFy-fDsoxxFQNXzos7sLx2il-g95bIoG9Wr7oh5hJFkV4cgkPz5fG-QXEhg7bw/s1600/post_monjes_b.png"><br />
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Aparte de la obviedad de la sabiduría y conocimiento de Cristo en todo lo que gira a la antigua ley, la Antigua Alianza y el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, nos descubre también algo muy importante: vemos, por este acontecimiento, que Cristo conocía su destino. Esto no es algo tan llamativo, realmente, ya que Cristo muchas veces habló de que moriría crucificado, en sus conversaciones con sus discípulos. Pero lo trascendente del pasaje de su niñez tiene que ver con que nos deja muy claro que la misión de Cristo no era algo que le surgiera "de repente", a la edad adulta o por una locura "pasajera". En otras palabras, Cristo no era un "iluminado" (en el sentido más peyorativo de la palabra), sino que su concepción milagrosa fue debido a la intervención divina, y ya desde bien pequeño sabía cual iba a ser su destino.<br />
<br />
Podríamos decir que Cristo tuvo, en cuanto a su humanidad, bien claro desde siempre de dónde procedía y, obviamente, que era Dios, de lo contrario no podría hacer los milagros que hacía (fijémonos en la respuesta de Jesús ante el interrogante de los discípulos de Juan, al decirle:"¿eres tú el que había de venir?", y Cristo les responde que vean sus obras: "los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí", (Lucas 7, 18). Este "tropiezo en mí" (que algunos traducen como "quien no se escandalice de mí"), tiene que ver porque Juan, probablemente, esperaba que el Reino de Dios surgiera de una manera fulgurante, patente y radical desde el punto de vista humano, y al ver a Jesús humilde y servicial, quiere comprobar si Él es el Mesías esperado. En aquellos instantes Cristo muestra su acción y la mano de Dios a través de las obras, es decir: de los milagros. Y advierte que esa forma de obrar, con humildad y sin querer destacar, no debe escandalizar a nadie, porque ha venido a eso: a acabar en una cruz, a terminar crucificado por la salvación del género humano.<br />
<br />
Esta "predestinación" del Señor desde su corta edad, y esta consciencia de su destino y de su tarea, es esencial para que veamos claramente que Cristo no surgió "de la noche a la mañana", sino que toda su vida tuvo un fin exacto que culminó en su sacrificio en la cruz.<br />
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Alguien, si no fuera así, podría argumentar que Cristo no fue más que uno de tantos "charlatanes" que ha visto la historia, que de pronto se creen especiales y se piensan, autosugestionándose, que están destinados a un fin glorioso. Ni mucho menos. Lo hemos visto en el anterior pasaje de Lucas, donde muestra la auténtica naturaleza de su primera venida, y en el pasaje del templo, donde muestra su procedencia divina. Y no solo porque el final de la vida terrena de Cristo fue una sucesión de atroces sufrimientos -lo que ya de por sí eliminaría cualquier atisbo de vanidad o soberbia en su persona-, sino que el hecho que desde la infancia conociera y fuera capaz de mostrar claramente su misión como auténtico Hijo de Dios, elimina de lleno cualquier otra interpretación de que Cristo fuera un Mesías "casual", y no el auténtico, como en efecto es.<br />
<br />
El pasaje de Lucas con el Cristo de niño en el templo, lleno de claridad en cuanto a la divinidad de Cristo, nos presenta a un niño cuyo pensamiento principal era ya satisfacer a su Padre, "ocuparse de sus cosas", aunque a renglón seguido Lucas añade que "se les sometió" a sus padres en la tierra, mostrando de nuevo la humildad y docilidad de Dios encarnado por y para la salvación de la humanidad entera.<br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-25903726352525477602018-10-03T21:06:00.002+02:002018-10-03T21:06:54.109+02:00..."y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa" <center><TABLE bgcolor=#C46E6A border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" width="600"> <TR>
<TD bgcolor=#C46E6A valign="middle"><br />
<DIV align="center"><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggk8NlJ4LfYLK-zsuF7R5fSadSZTmbNLlTOAfM36UV7d1qeRSkNMEY54Q68KJEdDNx5oD3AXOCxw-7XdNahJ23Kw7CBFUhpeUfHLmG5znDxIhhmnAUpzLAgp4mXLhYidxWzDMGT0vvQQ/s1600/post_monjes_a1.png"><br />
<h3>"El Señor nos da el regalo más afectuoso e invalorable de su Santísima Madre como madre también nuestra".</h3><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCyGbDvchfhR-Qvfu1qxNDHKQ1r_stbu8ACeFsPQsuPv4I74H6Clv53MOcHxsJNtgqMo7bllzpacXrhFy-fDsoxxFQNXzos7sLx2il-g95bIoG9Wr7oh5hJFkV4cgkPz5fG-QXEhg7bw/s1600/post_monjes_b.png"><br />
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Estas hermosas palabras se encuentran en el versículo 27 del capítulo 19 del Evangelio de San Juan. El Señor, a punto de morir en la cruz por el género humano, deja a su Madre al cuidado de su discípulo. La Iglesia también ha visto en este gesto cómo da a su Madre a todos los cristianos. En la expresión: "ahí tienes a tu hijo" , seguida del: "ahí tienes a tu madre", nos da el regalo más afectuoso e invalorable de su Santísima Madre como madre también nuestra.<br />
<br />
El narrador continúa diciendo: "y el discípulo la acogió en su casa". ¿Qué es, pues, este "acoger en su casa" para nosotros, mas que acoger a Santa María en nuestro corazón? Porque, ¿cuál es "la casa" del hombre, nuestro habitáculo más íntimo, preciado y donde ponemos solo a la gente que más amamos? En efecto: este lugar en donde debemos "acoger" a la Madre del Señor no es más que <strong>nuestro propio corazón</strong>. <br />
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<center><TABLE bgcolor=#C46E6A border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" width="600"> <TR>
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<DIV align="center"><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggk8NlJ4LfYLK-zsuF7R5fSadSZTmbNLlTOAfM36UV7d1qeRSkNMEY54Q68KJEdDNx5oD3AXOCxw-7XdNahJ23Kw7CBFUhpeUfHLmG5znDxIhhmnAUpzLAgp4mXLhYidxWzDMGT0vvQQ/s1600/post_monjes_a1.png"><br />
<h3>"Su encargo es que acojamos a su Madre como madre nuestra".</h3><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCyGbDvchfhR-Qvfu1qxNDHKQ1r_stbu8ACeFsPQsuPv4I74H6Clv53MOcHxsJNtgqMo7bllzpacXrhFy-fDsoxxFQNXzos7sLx2il-g95bIoG9Wr7oh5hJFkV4cgkPz5fG-QXEhg7bw/s1600/post_monjes_b.png"><br />
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Debemos, pues, reservarle el lugar más "acogedor" de nuestro corazón a la Virgen María, así lo ha querido su Hijo. Acogiéndola de esta forma estaremos no solo respondiendo a la petición del Señor ("su última voluntad", casi podríamos decir), sino, el mismo Cristo añade que, acogiéndola a ella, ella nos acogerá a nosotros como si fuésemos sus hijos. ¡Qué enorme privilegio! ¡Ser, ni más ni menos, que hijos de la Madre de nuestro salvador! ¡Hijos de "la llena de gracia", que nos convierte asimismo en "hermanos del Señor"!<br />
<br />
¿Y quiénes son "los hermanos del Señor"? Pues los que hacen la voluntad de Dios "son mis hermanos", como indica el mismo Señor Jesús en Mateo 12:50. Y, ¿qué es hacer la voluntad del Señor? Hacer lo que Él nos manda. Y su mandado es que "acojamos a su Madre" como madre nuestra, como llevamos a nuestra madre carnal en nuestro corazón, a ella, a nuestra Madre celestial, con más razón aún deberemos darle un lugar limpio, de privilegio y de amor, en nuestro propio corazón.<br />
<br />
Gracias, Señor Jesús, por el regalo de tu Madre, y por el regalo de que, acogiéndola a Ella, cumplimos tu voluntad, y ella nos acoge, convirtiéndonos en discípulos tuyos, hermanos tuyos y herederos de la salvación. Con Santa María somos hijos de Dios, porque somos hermanos de Cristo.<br />
<br />
Señor, ayúdanos a acoger siempre con todo nuestro fervor y de una forma hogareña y cariñosa a tu Santa Madre, y en su amor experimentaremos tu mismo amor profundo y auténtico, ese amor que te llevó a amarnos "hasta el extremo". Hasta la muerte, y una muerte de cruz. En esa misma cruz en la que nos diste la vida, y a tu misma Madre. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-86961844060014197152018-09-23T22:01:00.001+02:002018-09-23T22:13:41.665+02:00Cómo se debe comulgar<center><TABLE bgcolor=#A8DF70 border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" width="80%"> <TR>
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<DIV align="center"><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggk8NlJ4LfYLK-zsuF7R5fSadSZTmbNLlTOAfM36UV7d1qeRSkNMEY54Q68KJEdDNx5oD3AXOCxw-7XdNahJ23Kw7CBFUhpeUfHLmG5znDxIhhmnAUpzLAgp4mXLhYidxWzDMGT0vvQQ/s1600/post_monjes_a1.png"><br />
<h3>"El gesto de los fieles durante la consagración será estar de rodillas".</h3><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCyGbDvchfhR-Qvfu1qxNDHKQ1r_stbu8ACeFsPQsuPv4I74H6Clv53MOcHxsJNtgqMo7bllzpacXrhFy-fDsoxxFQNXzos7sLx2il-g95bIoG9Wr7oh5hJFkV4cgkPz5fG-QXEhg7bw/s1600/post_monjes_b.png"><br />
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Parece ser que un gran número de los asistentes a la Santa Misa, desconoce o ignora las normas de conducta que se han de seguir durante la comunión, si nos fijamos en lo que habitualmente se ve en nuestras iglesias. Pero antes de entrar en ese tema, conviene aclarar algo importante antes: la manera en la que debemos rendir culto al Señor en la consagración, o mientras el sacerdote realiza ésta.<br />
<br />
Porque toda esta serie de ritos y gestos no son así sin más, sino que intentan introducirnos, y sumergirnos, en una mayor devoción al Señor y una mejor disposición para recibirle pero, además, nos quieren hacer patente la realidad del importante acto al que estamos asistiendo, ni más ni menos que participar de la celebración de la Eucaristía.<br />
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<center><TABLE bgcolor=#A8DF70 border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" width="80%"> <TR>
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<DIV align="center"><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggk8NlJ4LfYLK-zsuF7R5fSadSZTmbNLlTOAfM36UV7d1qeRSkNMEY54Q68KJEdDNx5oD3AXOCxw-7XdNahJ23Kw7CBFUhpeUfHLmG5znDxIhhmnAUpzLAgp4mXLhYidxWzDMGT0vvQQ/s1600/post_monjes_a1.png"><br />
<h3>"Quienes no se arrodillen en la consagración, harán una profunda inclinación".</h3><IMG src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCyGbDvchfhR-Qvfu1qxNDHKQ1r_stbu8ACeFsPQsuPv4I74H6Clv53MOcHxsJNtgqMo7bllzpacXrhFy-fDsoxxFQNXzos7sLx2il-g95bIoG9Wr7oh5hJFkV4cgkPz5fG-QXEhg7bw/s1600/post_monjes_b.png"><br />
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Por lo tanto, y según el Misal, el gesto de los fieles durante la consagración será estar de rodillas, "a no ser que lo impida la enfermedad o alguna otra causa razonable" -la estrechez del lugar, la aglomeración de la concurrencia, etc.-, de manera que "quienes NO se arrodillen en la consagración, <strong><font color="#9A051C">harán una profunda inclinación mientras el sacerdote se arrodilla</font></strong> después de consagrar".<br />
<br />
Luego, cuando vamos a tomar la comunión, obviamente no podemos coger el Cuerpo del Señor nosotros de la patena o de los copones, sino que nos lo tienen que dar (el sacerdote o la persona encargada de administrarlo), y tampoco se puede pasar entre los fieles el Pan eucarístico ni el cáliz, sino que tiene que ir dándolo el sacerdote o el fiel encargado de hacerlo.<br />
<br />
La comunión se recibirá de rodillas o de pie, según los casos, pero si se hace de pie antes de cogerla con la mano -o de tomarla en la boca- debemos hacer una reverencia. Si cogemos el Pan eucarístico con la mano, si somos diestros estiraremos la mano izquierda, y por debajo la derecha, para que el sacerdote ponga el Pan eucarístico sobre la izquierda; luego con la derecha cogeremos el Pan eucarístico que tenemos en la mano izquierda para llevárnoslo a la boba. Debemos consumir la partícula inmediatamente -no vale eso de darse la vuelta e ir tomando el Pan eucarístico "por el camino" de vuelta al asiento-, delante del ministro. Lo suyo es que nos desplacemos a un lado, sin salir frente al altar, para permitir que el ministro o acólito instituido para repartirla siga repartiendo el Pan eucarístico al que viene detrás de nosotros, y tomemos la comunión al lado del ministro. Tras eso ya podemos dar la vuelta y retirarnos a nuestro sitio.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-63216159614842324272018-09-23T21:12:00.001+02:002018-09-23T21:12:15.251+02:00Lo difícil que es comprender el gran tesoro espiritual que es una Santa Misa<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqgSAXcvmmLDbeQcsoCoYLTZqcZRezeZYZl_euhr2p8ACwx44EzsHpuQ21qfz6AWvvLLHkwycg_IFR942J6EfP8ptM9AsHrwJ1kQIwB_OLk33dMg0u9O8qUbHqRAloe7bJIh8VjtvgrA/s1600/01-gracias-Misa-2018-pzxn-361.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqgSAXcvmmLDbeQcsoCoYLTZqcZRezeZYZl_euhr2p8ACwx44EzsHpuQ21qfz6AWvvLLHkwycg_IFR942J6EfP8ptM9AsHrwJ1kQIwB_OLk33dMg0u9O8qUbHqRAloe7bJIh8VjtvgrA/s600/01-gracias-Misa-2018-pzxn-361.jpg" /></a></center><br />
A veces parece que la Eucaristía sea una obligación, no pocos acuden a misa por desgana, "por cumplir", "para quitarla de en medio". En el pueblo era común oír recomendar a la gente ir a misa temprano, a la de la primera hora, y así "se tenía el resto del día libre". ¡Ir a misa por ir! ¡Qué desconocimiento! <strong><font color="#9A051C">¡Qué gran ignorancia! </font></strong> <br />
<br />
No vamos a extendernos aquí sobre el valor de una Santa Misa tanto como lo ha hecho el <span style="background-color: rgb(222,222,218);"><a target="_blank" href="http://oratoriocarmelitano.blogspot.com/search/label/curadears">santo Cura de Ars</a></span> en su hermoso sermón sobre la eucaristía (el cual recomendamos a nuestros lectores y visitantes, encarecidamente, repasar), pero sí que vamos a dar unos pequeños bosquejos sobre lo que una misa significa, al menos en parte, porque daría para un voluminoso libro analizar lo que es la misa un poco en profundidad. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgefFIEoa2GuuO_MvdrzjPwuHhrkenuLZ2Y6-HgPRxDxLt9X8PVZhMKFpCB0MFR55KVL-6fBOtMRL19E2ix1FRO8nEUBne-8QKdqr3FGH3u10A1gEGhSxH68ke99wzTtEM2hkCOWEWgGA/s1600/02-gracias-Misa-2018-rnxl-362.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgefFIEoa2GuuO_MvdrzjPwuHhrkenuLZ2Y6-HgPRxDxLt9X8PVZhMKFpCB0MFR55KVL-6fBOtMRL19E2ix1FRO8nEUBne-8QKdqr3FGH3u10A1gEGhSxH68ke99wzTtEM2hkCOWEWgGA/s600/02-gracias-Misa-2018-rnxl-362.jpg" /></a></center><br />
Por de pronto, empezaremos diciendo que la santa misa es ya, de por sí, una enorme gracia que nos hace Dios, un precioso regalo de tal manera que, si el Señor no nos hiciera más bondades y favores durante nuestra vida, si viviésemos absolutamente abandonados al dolor, al sufrimiento, soledad y desesperación, <strong><font color="#9A051C">sería motivo suficiente una sola misa para alabarle</font></strong> y darle nuestras más fervientes gracias, y rendirle nuestra más sincera devoción, solo por habernos permitido celebrar, presenciar y participar de una sola misa. ¡Y cuantas veces acudimos a las parroquias, capillas y abadías sin tener esto en cuenta! <br />
<br />
Debemos también considerar, y darle las gracias al final de cada eucaristía, por habernos permitido celebrarla y estar en su presencia, a pesar de no ser, <strong><font color="#9A051C">ni por asomo ni de ninguna manera</font></strong>, ni mínimamente dignos de ello. Pensemos solamente en la gran cantidad de personas que quisieran haber acudido, y no pueden: ancianos, enfermos, impedidos de todo tipo... ¡Cuántos ancianos, que poseen unos grandes anhelos y devoción, desearían haber podido participar de la eucaristía, y no han podido! El Señor les exige el sacrificio de tener que estar en sus casas, en asilos, y en algunos casos solo estar en espíritu, a distancia, escuchando la misa <span style="background-color: rgb(222,222,218);"><a target="_blank" href="http://ccniradio.blogspot.com/">a través de la radio</a></span>, o viéndola por la televisión. Y sin embargo nosotros, que nos ha permitido ir al templo para adorarle, salimos de prisa, muchos escapan de allí como si escaparan de la cárcel, ¡qué terrible ignorancia! ¡Cuánto se arrepentirán cuando descubran lo mucho que podrían haber ganado y aprovechado, para sí mismos y sus almas, y para todos sus seres queridos, para toda la humanidad, si hubiesen celebrado santamente y con recogimiento y agradecimiento la eucaristía! <br />
<br />
El sacrificio de la misa es la renovación, el acto pero de forma incruenta, de la cruenta muerte del Señor. Ni más ni menos. Y en él no solo se derraman incontables gracias en el alma sino que, vivido con buenas disposiciones (porque dignamente ninguna persona sería merecedora de ello) nos acerca a Dios, o más bien Dios nos acerca a Él, a su presencia, y nos provee de fuerza y santidad. Es el arma más temible contra los peligros que nos acechan y nos amenazan con la perdición eterna, el medio con el que Cristo se hace más presente y se nos revela, auténticamente, y nos muestra la realidad de ser Él, auténticamente Él, quien nos protege y nos mantiene, quien nos sostiene porque "Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo". De ahí obtenemos la mayor fuerza y ánimos para seguir profesando la fe, para seguir anunciando a Cristo en medio del mundo y su antagonismo frente a la Verdad.<br />
<br />
¡Cuántos países no tienen la gracia de disponer de misas, ni sus habitantes de tener parroquias cercanas, ni sus cristianos de poder sentir tan fácilmente la presencia de su Señor y su Dios! Y muchos de nosotros, que sí podemos, ¡pasamos de largo ante los templos e iglesias, y no vemos la hora de que termine la Santa Misa para escapar corriendo!<br />
<br />
Agradezcamos de forma constante y sincera el que el Señor nos permita participar en la Santa Misa, y aprovechemos cuanto podamos cada ocasión en la que acudamos a la Eucaristía, puede que, cuando menos lo esperemos, nos veamos privados de ello. ¡Pidamos constantemente al Señor para que, mientras vivamos en carne en el siglo, nos siga haciendo el gran regalo de poder ir a misa y a comulgar! Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-80834446747646166562018-07-19T22:14:00.007+02:002018-07-19T22:14:54.272+02:00Este grito de alma aguda<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGuvEv6q8e8lFpVWQ-CDem3rEb7raSyh0HzAsdaL-EZQrXESMpnT1k3o0Y8qjufrnq5CVzfY1J637bP2_Msv6lCQrOyjrEx8TWh2z_txOYx7KuJeiSnYuMnFxOJZdDK4eLUUZLq8-nqg/s1600/varado_abadia.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGuvEv6q8e8lFpVWQ-CDem3rEb7raSyh0HzAsdaL-EZQrXESMpnT1k3o0Y8qjufrnq5CVzfY1J637bP2_Msv6lCQrOyjrEx8TWh2z_txOYx7KuJeiSnYuMnFxOJZdDK4eLUUZLq8-nqg/s600/varado_abadia.jpg" /></a></center><br />
Este grito de alma aguda,<br />
alguien hay pidiendo ayuda,<br />
suplicando a él se acuda...<br />
<br />
¿Quién es, su voz, que reconozco?<br />
¡Es mi misma voz, yo la conozco!<br />
¡Soy yo mismo entre gritos espantosos!<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
<br />
¡Es mi alma desgarrada!,<br />
¡es un lloro portentoso!<br />
¡¡Es suplicar en mi agonía<br />
al Señor Dios poderoso!!<br />
<br />
¡Es mi cuerpo destrozado,<br />
es mi piel hecha jirones,<br />
es ver a Cristo reflejado<br />
malherido en los rincones!<br />
<br />
¡Y yo soy un desdichado,<br />
pude ir contigo maniatado,<br />
nada he aprovechado!<br />
<br />
Por eso ahora estoy gritando<br />
pues de ti me vi tan apartado<br />
y famélico ando vagando.<br />
<br />
Arrodillado ante tu cruz estoy varado:<br />
de tus heridas comparto muerte<br />
para resucitar por fin de ti curado.<br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-72152133803388786392018-07-19T22:14:00.004+02:002018-07-19T22:14:35.403+02:00El silencio<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_h2jZKDY787r1-6sMW-i3rfnrobPpCQY9hT3koCC6ZT6mqjgg5wwDqgXvYkqPLSYvTCM6TYp0F-DuxhNtymGRKJ6402a0onmuGLoXNqlVGbO8D_C7oa05YXFo5t65pE13KsMgMEUddw/s1600/01-silencio-2017-vrgp-291.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_h2jZKDY787r1-6sMW-i3rfnrobPpCQY9hT3koCC6ZT6mqjgg5wwDqgXvYkqPLSYvTCM6TYp0F-DuxhNtymGRKJ6402a0onmuGLoXNqlVGbO8D_C7oa05YXFo5t65pE13KsMgMEUddw/s600/01-silencio-2017-vrgp-291.jpg" /></a></center><br />
Si lo que más echaba en falta antes de entrar en la abadía era el silencio para ayudarme a estar en paz con Dios, una vez en ella se había convertido en un tesoro que la mayoría de monjes había llegado incluso a tener en consideración. Lo volvimos a recordar cuando un grupo de leñadores comenzaron las tareas de tala de un bosque cercano, y aunque situado en un monte a varios kilómetros, el eco de la maquinaria y motosierras se oía con notable claridad, más aún entre la profunda atmósfera de recogimiento de la abadía. <br />
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Pronto su molestia fue tal que nos impedía concentrarnos en nuestras oraciones, y tanto el abad, como mi confesor, me recomendaban que lo tomase como un acto de mortificación y un sacrificio que ofrecer, junto con mis pesares diarios, en honor al Señor, por supuesto también para la conversión de pecadores y las ánimas del Purgatorio y, también, en expiación de mis propios pecados y caídas. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLT6nsMWrtyuD1ar37yB4Hy5zhejpi5alSV1mZYGr6JOHsPi4zb18qMs4gDclJo9JEzwcPbnzbcMRrSMN04cF2MC3shd5sf9HP5Ajx9Cqmk20CRVm4P31GeCQDLGIwnsTUh6Q5hOSwpg/s1600/02-silencio-2017-ythc-292.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLT6nsMWrtyuD1ar37yB4Hy5zhejpi5alSV1mZYGr6JOHsPi4zb18qMs4gDclJo9JEzwcPbnzbcMRrSMN04cF2MC3shd5sf9HP5Ajx9Cqmk20CRVm4P31GeCQDLGIwnsTUh6Q5hOSwpg/s600/02-silencio-2017-ythc-292.jpg" /></a></center><br />
Los frutos por ese sencillo acto de mortificación pronto fueron evidentes, y el espíritu de aprovecharse de ello era tal que, si al principio nos estorbaba y molestaba, luego esperábamos que los trabajadores comenzasen su jornada para que sus molestias se convirtieran, por nuestra predisposición y merced a la gracia divina, en una ocasión para probar nuestra fidelidad, fe y lealtad con nuestras convicciones. <br />
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Así, algo a priori nocivo se había convertido en una ocasión fácil y sencilla para robustecer nuestra fe. No teníamos ocasión de convertirnos en mártires de la persecución hacia la iglesia de Cristo de los primeros siglos, pero con esas dificultades y pruebas podíamos participar, en cierto modo, de nuestro propio martirio. <br />
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Y es que la vida del cristiano, mientras esté en este mundo, no es un camino de rosas, deberíamos saberlo todos y cada uno de los monjes, pero demasiadas veces y demasiado fácilmente se nos olvidaba. Si fuera fácil todo el mundo sería un cristiano, y muy comprometido. Si fuera fácil nadie habría muero defendiendo su fe y al Evangelio. <br />
<br />
Era muy cierto que quienes amaban a Dios para solucionar sus problemas o vivir una vida confortable no amaban realmente a Dios. Amaban sus dones, lo amaban por su poder o por sus gracias, pero no amaban realmente al Señor. No hay cristiano (y me atrevería a decir, ni cristianismo) realmente sin dificultades, porque ni el Reino de Dios es de este mundo, como dice Jesús nuestro Señor, ni este mundo se ha purificado. Mientras seamos peregrinos nuestra vida aquí se entremezcla con los que obran el mal y la injusticia, y no podemos evitarlo. Todo ello nos afecta a nosotros, y a los demás, sean cristianos o no, y sean inocentes o no. <br />
<br />
Dios espera y es paciente, así que ante la respuesta tan repetida por tantos ateos de "¿dónde está tu Dios?", esperando para que te salves. No ver el tiempo de gracia de Dios como una oportunidad no es solo estar ciego y despreciar las últimas y postreras ocasiones que tenemos para salvarnos, sino que es,además, pensar en un Dios "a lo humano", cortoplacista, un Dios justiciero y vengador alejado del Dios misericordioso y lento a la ira y rico en piedad que nos presentó, y nos enseñó, nuestro Maestro y Salvador Jesucristo. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-6146892965064725002018-07-19T22:14:00.001+02:002018-07-19T22:14:07.593+02:00Dejarlo todo<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjetV4vEhlfsH3Y7KpHT3LZanv80s593oChgAM_XzZxW4fvpD3Sb-IDKxnSygN6IA3Jy9PO6bIGaqmPEhJis2BHI1lNtaE2lf-8xuJTpPSLjxp-DW38VCEFlUDPozL3mDyl-bOQAD3TAw/s1600/01-dejarlo-todo-2017-ouhy-191.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjetV4vEhlfsH3Y7KpHT3LZanv80s593oChgAM_XzZxW4fvpD3Sb-IDKxnSygN6IA3Jy9PO6bIGaqmPEhJis2BHI1lNtaE2lf-8xuJTpPSLjxp-DW38VCEFlUDPozL3mDyl-bOQAD3TAw/s600/01-dejarlo-todo-2017-ouhy-191.jpg" /></a></center><br />
A medida que vamos cumpliendo años en el mundo, nos vamos llenando de más y más cosas, trastos inútiles a los que les otorgamos el título de "imprescindibles", y a algunos de ellos llegamos a entregarles el corazón y hasta la vida. Pasamos penurias y calvarios hasta obtenerlos, pensando que ese nuevo producto llenará el vacío que el anterior no pudo. <br />
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Pienso que los niños son los más desprendidos en este sentido, por eso Nuestro Señor nos recomienda su sencillez. Un niño puede encapricharse de un juguete, pero no pasa mucho tiempo hasta que lo abandona o se cansa de él, llegando a destrozarlo. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi70KkjemRDv3KZZoL5NSnKmrUEq5OdEvelAfPT7ue4oH4BpQTI1DHsPW8zXIEErgddBk4FlXYqvzba4RW4LHY-FuydSzJQ_51lNbUHQytHtK5hHZA-AfaC2vtEpE-nzYx25o4XARZatA/s1600/02-dejarlo-todo-2017-shyr-192.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi70KkjemRDv3KZZoL5NSnKmrUEq5OdEvelAfPT7ue4oH4BpQTI1DHsPW8zXIEErgddBk4FlXYqvzba4RW4LHY-FuydSzJQ_51lNbUHQytHtK5hHZA-AfaC2vtEpE-nzYx25o4XARZatA/s600/02-dejarlo-todo-2017-shyr-192.jpg" /></a></center><br />
Cuando yo era pequeño, tenía un perrito de goma al que quería mucho. Lo sacaba "a pasear" con una correa como si fuera de carne y hueso. De tanto acariciarlo, una de sus orejas comenzó a rajarse, hasta que se desprendió por completo. La cabeza se le caía, y de arrastrarlo se le produjo un agujero en una pata. Terminó en el basurero, donde terminan todas las cosas materiales que tenemos en este mundo. <br />
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Nosotros mismos vemos cómo año tras año ya no somos quienes éramos: tenemos menos fuerzas, la piel se arruga y el cabello encanece, y los achaques de enfermedades diversas se suceden más continuamente y día tras día. Podemos disimularlo, teñir el pelo, disfrazar el paso del tiempo con soluciones de cirugía estética, pero al final los años se acaban imponiendo y acabamos también llenos de agujeros, y terminamos en la nada. Ese es también nuestro fin, y las cosas que nos acompañaron y de las que nos rodeamos vivirán la misma suerte. <br />
<br />
Si todo es tan frágil, caduco y corruptible, ¿porqué no nos damos cuenta para aspirar a los bienes eternos? ¿Por qué estamos tan ciegos que vivimos engañándonos a nosotros mismos, como si no fuésemos a morir? <br />
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El mayor engaño del diablo, dice el Santo Cura de Ars, no es decirle al hombre que morirá. Eso bien lo sabe cada hombre. Sino decirle que "no morirá <strong>todavía</strong>". <br />
<br />
Es habitual escuchar a muchas personas decir "este auto quiero que me dure toda la vida", "esta pulsera es para toda la vida", mi amor, mi esposa, mi hacienda... Para toda la vida. Y hablan así creyendo que eso supone muchísimos años, cuando pueden morir a la media hora siguiente. Nada más lejos de la realidad el pensar que tenemos asegurados unos cuantos años más, ¡ni siquiera tenemos asegurado un día, mucho menos una semana! <br />
<br />
Aun siendo fuerte y gozando de buena salud, ¿quién le asegura a semejante desdichado que no puede tener un accidente y morir mientras conduce? O al caminar por la calle. <br />
<br />
Ni la sociedad, ni el mundo ni nuestros enemigos, quieren que pensemos en la realidad de la muerte. Intentan distraerte, entretenerte con cientos de otras cosas que desvíen tu atención de la auténtica, única e insalvable certeza: que tendrás que despedirte de este mundo, y ser juzgado. Todo para que no caigas en la cuenta y, así, perder tu alma en un juicio que no se parece al juicio de los hombres, en donde no habrá piedad y nuestras obras, y lo que somos, aparecerán con indudable claridad. <br />
<br />
Vayámonos preparando para ese momento mientras tengamos la gracia de disponer de un poco de tiempo, porque luego será ya tarde, y recapacitemos sobre a dónde y en quién dejamos y ponemos nuestro corazón, porque si nuestra esperanza y nuestro sustento se encuentra sujeto a las cosas de este mundo, sufriremos su misma suerte. Dejemos el perro sucio y agujereado, y aspiremos y dirijamos nuestra vista hacia los bienes eternos que no solo no tienen caducidad ni se corrompen, sino que los podremos disfrutar por toda la eternidad. Los de aquí abajo, convéncete, no son más que espejismos, apariencia que dura un día, y que pronto se acaba. Busca y combate la buena batalla de la eternidad, para poder así contarte un día entre los que son dignos de ella. Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-55076339441307766772018-07-19T22:13:00.004+02:002018-07-19T22:13:42.682+02:00La visita<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC_8Y6ZiNeCTY5OfDST6tzqd6Mw3iRZ-_fP1Tb1kTQAnfycHhmllv8SM2yqKIaZwD8WTdH2s-4DOeEGWKUGwaOMNCusseaBSDdcNNP_eVph33CEZnbuyIXSVi-eUyts8fGcXYFRBJM2Q/s1600/02-visita-2017-jxer-192.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiC_8Y6ZiNeCTY5OfDST6tzqd6Mw3iRZ-_fP1Tb1kTQAnfycHhmllv8SM2yqKIaZwD8WTdH2s-4DOeEGWKUGwaOMNCusseaBSDdcNNP_eVph33CEZnbuyIXSVi-eUyts8fGcXYFRBJM2Q/s600/02-visita-2017-jxer-192.jpg" /></a></center><br />
Encontrarme con mi hermana es, sin lugar a dudas, uno de los momentos más gratificantes de mi vida. Ella es una bendición del Cielo porque ella siempre me motiva y alienta en mi camino hacia la perfección cristiana. Cuando ella está a mi lado siento que puedo hacer lo imposible, y enfrentarme a todo. <br />
<br />
Dios pone a nuestro lado ángeles que no vemos, y también ángeles que vemos en forma de personas que nos estiman y cuidan, o que nos ayudan a renovar nuestras fuerzas. Uno de esos ángeles es mi hermana. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrtBE5cSm1zqpF15SPHBl5laiPhTiat6Sbw13kjL6a5kDwKr7CrtuAGYMaB5haggEJQMgPuT_jr-A424uiIv9qMvuBLISOr1JRII0THFiB3NZc5r-jSzTVuJOn1sUtgn9JUDPQ6yfLfA/s1600/01-visita-2017-bhef-191.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrtBE5cSm1zqpF15SPHBl5laiPhTiat6Sbw13kjL6a5kDwKr7CrtuAGYMaB5haggEJQMgPuT_jr-A424uiIv9qMvuBLISOr1JRII0THFiB3NZc5r-jSzTVuJOn1sUtgn9JUDPQ6yfLfA/s600/01-visita-2017-bhef-191.jpg" /></a></center><br />
Ella siempre ha estado muy unida a mí, y yo a ella, desde pequeños cuando acudíamos juntos al colegio, puesto que apenas tenemos un año de diferencia en edad. <br />
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Ella fue -y es- testigo de toda mi evolución religiosa, mi camino de descubrimiento del Señor, y conoce todos mis sentimientos y mis debilidades y dudas. Sus consejos y apoyo fueron vitales en las etapas más oscuras y duras de mi vida, y no ceso de agradecerle al Señor el habérmela dado como mi compañera y confidente. No podría haber elegido a nadie mejor. <br />
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Ciertamente no tiene nada que ver el amor que siento hacia ella con el amor hacia el Señor, puesto que precisamente mi amor hacia ella es consecuencia de amar a Dios, y de él emana la ternura que siento hacia ella. Por lo tanto es un amor más perfecto, más sincero, más leal y auténtico, que cualquier amor humano de cualquier relación, y trasciende más allá del simple parentesco.<br />
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Como el Señor nos dejó escrito, para amarlo, debemos también de amar al prójimo, y es a través de ese amor que se muestra y se pone en práctica el amor que le tenemos a Él. <br />
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Obviamente el cristiano a de amar a todo el mundo, sin exclusiones ni condiciones, un amor incondicional, pero siempre hay personas a las que Dios te permite unirte con algo más especial, sentimientos y "química" que nos enriquecen espiritualmente. <br />
<br />
En ese sentido mi hermana era eso, y mucho más. No podría entender mi vida sin ella, y de hecho dudo que tuviera vida alguna sin ella. Tan importante es para mí, que su valor y estima los podría reducir en una sola frase: un regalo del Dios del Cielo. De nuestro buen Padre; el suyo, y el mío. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-3550000717936208972018-07-19T22:13:00.001+02:002018-07-19T22:13:24.309+02:00Dios lo es todo, y no hay más<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq4PuUlY8KlvIBufLm6XlEcgPzwjRNkt9zgxFiBoy04K6bA5Z7Nq8Oycjtf-3lyoWSm_KOXC9TxOKc9lPtpjo1rJ7ivnx2Xz9TFSYP-IiBx8925I51p8ikIU4OxpJ3GpxSe6_471FF6w/s1600/01-no-hay-mas-2017-hnlt-184.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq4PuUlY8KlvIBufLm6XlEcgPzwjRNkt9zgxFiBoy04K6bA5Z7Nq8Oycjtf-3lyoWSm_KOXC9TxOKc9lPtpjo1rJ7ivnx2Xz9TFSYP-IiBx8925I51p8ikIU4OxpJ3GpxSe6_471FF6w/s600/01-no-hay-mas-2017-hnlt-184.jpg" /></a></center><br />
Muchas veces habréis leído aquí que hablo del Señor al que hemos dedicado nuestra vida, pero en realidad podríamos decir que Él es nuestra vida y, nosotros, estamos muertos en Él, de tal manera que tratamos de conseguir que Cristo viva en nosotros, sea nuestro absoluto. <br />
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Quien no haya sabido experimentar esta realidad, le parecerá algo incomprensible, e incluso no le dará valor, absorbido como están por los engaños del mundo. Es como aquella mariposa que vuela girando alrededor de una vela, totalmente cegada por su cercanía, sin darse cuenta que el sol es mucho más grande y más cálido. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnQvoNEF9gE0v1Kiqlp_aySDYbg99EJM9upR8N_flCf58fAsG2XoO6_Xu_TEP-J8yiMAMufMHINWubwbPCdnCmZTJQPDyF5elHiQiQWJhyphenhyphen5Oki7736XZ5NPPKfQ07qsWRnMAQYhWjgoQ/s1600/02-no-hay-mas-2017-amdf-185.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnQvoNEF9gE0v1Kiqlp_aySDYbg99EJM9upR8N_flCf58fAsG2XoO6_Xu_TEP-J8yiMAMufMHINWubwbPCdnCmZTJQPDyF5elHiQiQWJhyphenhyphen5Oki7736XZ5NPPKfQ07qsWRnMAQYhWjgoQ/s600/02-no-hay-mas-2017-amdf-185.jpg" /></a></center><br />
Por supuesto todo ello tiene un proceso. Hay monjes que lo viven de una manera distinta, según su carisma y las disposiciones que el Señor les dé, y hay cristianos que lo viven de otra, incluso algunos en lucha abierta por estar enfrentados continuamente con el mundo, atados por las necesidades del cuerpo de las que, obviamente, no pueden prescindir. <br />
<br />
Pero ese amor hacia Cristo liberador es común a todos, es el que movía las almas de los fieles en las primeras comunidades cristianas, y quien alienta y anima, a través del Espíritu Santo, toda la vida de la Iglesia. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-58073747010432778972018-07-19T22:12:00.007+02:002018-07-19T22:12:59.406+02:00Vida contemplativa<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZGf3WYsmLhphbieJAgr4WTFLPGaVLG0o6vkuQQnltI25dz_R1LU-Vif_qnPqtfw6daLXLLW0jcF0MRou_vyYYUsPmQVwdmspURHwlpbSq94n6vT0nsXKwmhGpoHuh6GWnnyZM1PLmAw/s1600/01-vida-contemplativa-2017-sxho-155.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZGf3WYsmLhphbieJAgr4WTFLPGaVLG0o6vkuQQnltI25dz_R1LU-Vif_qnPqtfw6daLXLLW0jcF0MRou_vyYYUsPmQVwdmspURHwlpbSq94n6vT0nsXKwmhGpoHuh6GWnnyZM1PLmAw/s600/01-vida-contemplativa-2017-sxho-155.jpg" /></a></center><br />
De cara al exterior la vida de oración tiene fama de ser una vida soporífera, aburrida e incluso infructuosa y vana. Nada más lejos de la realidad. Vivir en completa dedicación al Señor es un privilegio, casi me atrevería a decir que un honor del que, por desgracia, pocos quieren disfrutar. <br />
<br />
Muchos piensan que nuestra vida es tediosa, hasta ociosa, y tienen los continuos tiempos de oración como una carga o una condena. Los que así piensan es porque no han experimentado el gozo de seguir a Cristo y de amarle con sinceridad, con profundidad. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj34Y3A61XRRHji46Paq63mLz3onrLqMUY2tL3XeDBpJ6HqtbWsPoICd-kVC7dsxrilLy9hlgeK1LQ5nTBeOWB3fRjKa_kkvO-Ls0bhoZGQ8SZfRPHM8lJBMmA-g0M0Pkl51zjYeq6-oA/s1600/02-vida-contemplativa-2017-opck-156.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj34Y3A61XRRHji46Paq63mLz3onrLqMUY2tL3XeDBpJ6HqtbWsPoICd-kVC7dsxrilLy9hlgeK1LQ5nTBeOWB3fRjKa_kkvO-Ls0bhoZGQ8SZfRPHM8lJBMmA-g0M0Pkl51zjYeq6-oA/s600/02-vida-contemplativa-2017-opck-156.jpg" /></a></center><br />
Para quien no consigue entender esta relación, que es de amor, me gusta poner el ejemplo de una relación humana. Imagínate que tienes al ser querido lejos de ti, y que no puedes verle, solo hablar con él (o con ella) por teléfono cada día. Como es normal, esas horas en las que puedes conversar con ella las esperarás con gran ansia y deseo, e incluso los momentos previos estarás nervioso y te sentirás enormemente excitado. El rato que paséis en conversación, se te irá en un suspiro, y por muchas horas que paséis hablando siempre te parecerán pocas. <br />
<br />
Así es nuestro tiempo de oración, pero con mucho más motivo pues, en lugar de goces carnales y sensoriales, nuestro buen Dios nos regala con su paz celestial y nos envuelve de sus ternuras y suavidad. De tal manera que, no contentos con los tiempos señalados para la oración comunitaria, los monjes buscamos cualquier momento para "sintonizar" con nuestro Divino Salvador, intentando que cualquier cosa que hagamos, bien sean trabajos manuales, comiendo e incluso durmiendo, se conviertan en una oración continua. <br />
<br />
Se podría decir que nos desvivimos por conseguir una constante oración, disfrutando de las lindezas del amor-ágape que va más allá de los sentidos y el conocimiento sensorial, que llena el alma y la turba de tal manera que nos encontramos completamente abandonados en Aquel que lo llena todo y lo contiene todo. <br />
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Así que, podría decir, la vida de un monje es un absoluto y constante acto de amor hacia Dios. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-26972826031514759522018-07-19T22:12:00.004+02:002018-07-19T22:12:38.818+02:00Si amas a Dios<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtyisJmHgek3iUnB2eh8wgyIgSmryxriqzTDbBRMDzMsLyUU6M60tE4rGxyr2C37n20k32-S71IzKqExeCsNkM57iWfcVRF8A1ppI4eCzxg2-LFBZ_iBVPYztPQruqU71o4XhVRlAN_Q/s1600/01-amas-2017-sacz-155.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtyisJmHgek3iUnB2eh8wgyIgSmryxriqzTDbBRMDzMsLyUU6M60tE4rGxyr2C37n20k32-S71IzKqExeCsNkM57iWfcVRF8A1ppI4eCzxg2-LFBZ_iBVPYztPQruqU71o4XhVRlAN_Q/s600/01-amas-2017-sacz-155.jpg" /></a></center><br />
Si amas a Dios para pedirle cosas, no amas a Dios. <br />
Si amas a Dios para tener éxito, no amas a Dios. <br />
Si amas a Dios para lograr tus metas, no amas a Dios. <br />
Si amas a Dios por sus dones, amas sus dones, pero no a Dios. <br />
Si amas a Dios para consolarte, amas sus consuelos, pero no amas a Dios.<br />
Si amas a Dios para llegar a la gloria, amas la gloria, pero no a Dios.<br />
Si amas a Dios para no condenarte, temes la condena, pero no amas a Dios.<br />
Si amas a Dios para sentirte bien, te amas a ti, pero no amas a Dios.<br />
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Solo ama a Dios aquel que desea, quiere y busca en todo la voluntad de Dios, su amado. Cuando amas a alguien lo amas cuando la fortuna te sonríe, y cuando hay dificultades. Lo amas incondicionalmente, y cuando amas a alguien de veras, lo amas por lo que es, y ni por lo que aporta ni por lo que te regale, aunque sus dones te hagan sentir bien. Lo demás es amar nuestra propia voluntad, amarnos a nosotros mismos y usar a Dios como instrumento de nuestros deseos, no de los suyos. <br />
<br />
Cuando tus deseos sean los de Dios, cuando no le busques solo por tus caprichos o necesidades, sino que lo busques solo por lo que Él es, entonces cumplirás aquel precepto que dice: "<strong>amarás a Dios con todo tu ser y sobre todo lo demás, sobre absolutamente <u>todo</u></strong>" (Mateo 22:36-40). <br />
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<small><i>Ludobian de Bizance</i></small>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-46890672019045099322018-07-19T22:12:00.002+02:002018-07-19T22:12:20.092+02:00Ruinas de Santa Águeda<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiBoRWIp2aaFSuHrdjoevtqkuvvjXSvaBM3w9PsEKladYlgjNjN9NC7ttgCojr1NjHSF-WlENaQBnNSC6vKr7RdomXFHXBDI-83o0ZJuq27C5hT5vXmCYoc0FC6qKuOgkbm23m9VU0Dg/s1600/03-ruinas-2017-cjfn-98.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiBoRWIp2aaFSuHrdjoevtqkuvvjXSvaBM3w9PsEKladYlgjNjN9NC7ttgCojr1NjHSF-WlENaQBnNSC6vKr7RdomXFHXBDI-83o0ZJuq27C5hT5vXmCYoc0FC6qKuOgkbm23m9VU0Dg/s600/03-ruinas-2017-cjfn-98.jpg" /></a></center><br />
Me dirigía hacia una de las aldeas más cercanas que solía visitar a menudo. Ir hacia ella era también la ocasión perfecta para detenerme en uno de los lugares más evocadores y atrayentes que había por los alrededores. Se trataba de las ruinas de Santa Águeda, en realidad casi unas cuantas piedras amontonadas que habían sido una ermita y que, en completo estado de abandono, se habían convertido ahora en una construcción irreconocible. <br />
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Pero seguía siendo terreno santificado, y me resultaba muy agradable detenerme en aquel lugar a descansar, meditar, y orar. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip-v478Bgk1oElWPKMcZNx8eUSu__HSoE81BfULpfCerD0bsLV7zqOGzQ6ESrc7JlCfWG80gvCr4Zui4IMPQ35OV9bUnNCf-Qs133OFRAYjwFgnQxOodGVEfdxKL6XXrfNGnRETDMrOQ/s1600/02-ruinas-2017-ltik-97.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip-v478Bgk1oElWPKMcZNx8eUSu__HSoE81BfULpfCerD0bsLV7zqOGzQ6ESrc7JlCfWG80gvCr4Zui4IMPQ35OV9bUnNCf-Qs133OFRAYjwFgnQxOodGVEfdxKL6XXrfNGnRETDMrOQ/s600/02-ruinas-2017-ltik-97.jpg" /></a></center><br />
Para llegar allí había que ascender por unos empinados apriscos, y pasar una pequeña aldea que en tiempos pasados había llegado a contar hasta con su propia escuela rural, pero de eso hacía ya mucho tiempo. Actualmente llevaba bastantes años abandonada, y no solo no residía en ella ningún vecino sino que, las pocas casas que se mantenían en pie, corrían grave riesgo de derrumbamiento. De hecho ninguna tenía tejado, sus techumbres, tras soportar muchos duros inviernos y copiosas nevadas, se habían venido abajo hacía mucho. <br />
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Era peligroso transitar por allí porque los muros de piedra tenían mucho peso suspendido, pero no era difícil rodear la aldea por los senderos que había en derredor que era, sobra decirlo, por donde yo pasaba. <br />
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Una vez en Santa Águeda la vista de los valles de alrededor era impresionante. No era la cumbre más alta, en torno a ella se alzaban picos de roca maciza mucho más impresionantes, pero aun así tenía unas asombrosas vistas de los valles situados a sus pies, con los caminos de tierra y los riachuelos dividiendo las tierras de solano y las faldas de las montañas como venas bajo la piel resquebrajada en un brazo anciano. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlLDYELpN5XsoIWVfIoU0ZBsWkODH-THQlScCK4i1lbXb1uz5bek9cIp1lFErIlSpKTC0LIz_I2I57koPQf1xCeCgbS2iu9v3F_J4vW0U4Xpkk0zNe2d54dGGRNTVxB_Q-c2YsRiQx8Q/s1600/01-ruinas-2017-kgne-96.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlLDYELpN5XsoIWVfIoU0ZBsWkODH-THQlScCK4i1lbXb1uz5bek9cIp1lFErIlSpKTC0LIz_I2I57koPQf1xCeCgbS2iu9v3F_J4vW0U4Xpkk0zNe2d54dGGRNTVxB_Q-c2YsRiQx8Q/s600/01-ruinas-2017-kgne-96.jpg" /></a></center><br />
En días fríos y lluviosos se podía contemplar claramente la niebla ascendiendo por las laderas, ocultando las partes boscosas o las cumbres más altas de las vecinas montañas. En días claros era el diáfano horizonte lo que permitía distinguir los campos labrados más lejanos, o la casita de algún labriego en mitad de la montaña. Por el verano se podían discernir, e incluso escuchar repetirse entre los ecos de las montañas, los rebaños de ovejas que vigilaban los pastores. Yo, como Santa Jacinta en la aldea de Fátima, abría los brazos mirando al cielo y gritando saludos y avemarías a la Madre del Señor, tras meditar en las estaciones del Viacrucis que solía rezar al llegar. Un cielo que en ocasiones lo rasgaba la estela de algún avión que circundaba el firmamento, dejando un rastro vaporoso que se iba ensanchando y agrandando más y más, hasta formar como autopistas aéreas. <br />
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No necesitaba más para sentirme en unión con Dios, y para conseguir que mis oraciones, musitadas con fervor y tranquilidad, viajaran de mi alma hacia el oido siempre atento de mi Señor. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-63976335565338562562018-07-19T22:11:00.003+02:002018-07-19T22:11:30.073+02:00Dudas<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBxq3PpqfNF6n1M7igkLYqKX_dn7IAVQyppBgfYSl5faspnAyirC_ENWlWNJ0-zPqu_4o_WoLczdIgqfaoqKNvxwACtlakWnIiA0dD-jfBa2t09T6oVy8OnB3LxQmJseAlfSjKMZ2tzw/s1600/01-dudas-2017-bttj-90.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBxq3PpqfNF6n1M7igkLYqKX_dn7IAVQyppBgfYSl5faspnAyirC_ENWlWNJ0-zPqu_4o_WoLczdIgqfaoqKNvxwACtlakWnIiA0dD-jfBa2t09T6oVy8OnB3LxQmJseAlfSjKMZ2tzw/s600/01-dudas-2017-bttj-90.jpg" /></a></center><br />
El hermano Andrés no era, para nada, un mal monje. Podría decirse que era uno de esos religiosos que, como Santo Tomás, necesitaba "ver y tocar", de manera que solía tener constantes conflictos internos sobre la exigencia absoluta que suponía implicarse en cuerpo y alma a su fe (<i>¿es que puede vivirse de otra manera el sentirse cristiano?</i>), y la debilidad de una fe que era puesta en entredicho constantemente, unas veces por sus propias experiencias pero, otras, por lo que veía externamente, aunque nuestro contacto con la sociedad, como ya he mencionado muchas veces, era más bien escaso y limitado. <br />
<br />
Esto le había llevado a fray Andrés a que tuviera constantes idas y venidas en la abadía. Él lo explicaba por su necesidad "de discernimiento" (como si el noviciado fuera poco), y se deshacía, al menos temporalmente, de sus hábitos para volver a vivir como un laico, aunque no renunciando a sus votos. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiacBWnIg7__zMSbIs4rImLTFiTq3m6FUk-zo8eqjQpQE_hZsxEL4y8LB4gNHLWm55sVTm0JK5JVDMjcBdszBEstjYMHcmXIfWoY8_LVcoiCd3dM75oT-nimimMbBrpbDawxQerOnSGKg/s1600/02-dudas-2017-jvtd-91.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiacBWnIg7__zMSbIs4rImLTFiTq3m6FUk-zo8eqjQpQE_hZsxEL4y8LB4gNHLWm55sVTm0JK5JVDMjcBdszBEstjYMHcmXIfWoY8_LVcoiCd3dM75oT-nimimMbBrpbDawxQerOnSGKg/s600/02-dudas-2017-jvtd-91.jpg" /></a></center><br />
Esas etapas no solían durar demasiado, y a las pocas semanas estaba otra vez de vuelta en la abadía, hastiado y asqueado del mundo. Durante unos meses retomaba sus tareas con enorme y edificante dedicación, hasta que nuevamente le volvían a surgir sus dudas. <br />
<br />
Tenía, podríamos decir que "la excusa", de una madre enferma a la cual las labores de caridad recomendaban que él fuese a cuidarla, al no tener más medios ni familiares dispuestos a hacerlo. <br />
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Cuando empezaba a tener esos problemas enseguida se le notaba, pues se pasaba todas las horas posibles en la capilla, orando y tratando de calmar su desazón. Así le encontré, y aunque en la capilla no solíamos hablar, me acerqué y le dije: <br />
<br />
"La mayor locura del hombre es creer que esta vida es todo su fin, y no un tránsito necesario para pasar al auténtico destino". <br />
<br />
- ¿Y eso cómo lo sabes? - Me soltó. <br />
<br />
Pasó por mi mente hablarle de Santa Teresa, y de otros tantos santos que habían aclarado muy bien esa cuestión, pero ante quien se niega a cualquier atisbo de fe todo razonamiento es inútil. Tan solo le pregunté a mi vez:<br />
<br />
- ¿Por qué sabes tú lo contrario? <br />
<br />
- Porque es lo que vivo. Esta vida es la real, la otra vida, ¿dónde está? <br />
<br />
- Imagínate que te dicen que vas a ir de viaje a Sudáfrica, ¿has visto Sudáfrica alguna vez? <br />
<br />
- No.<br />
<br />
- ¿Cómo sabes, pues, que existe realmente Sudáfrica? <br />
<br />
- Lo dicen los mapas, la gente... Otros que han estado allí. <br />
<br />
- Pero tú personalmente nunca has estado. <br />
<br />
- No.<br />
<br />
- Pero te fías de lo que te dicen otros que ni siquiera conoces, y que ni siquiera has hablado con ellos de primera mano. Puede que te mientan, puede que el billete que pone Sudáfrica, en realidad vaya a Kenia y te digan estar en Sudáfrica. Puede que ni siquiera los mapas indiquen dónde está situada realmente. <br />
<br />
- Pero son muchas personas sabias las que están detrás. Tantos testimonios, y de gente muy inteligente, no pueden mentir. <br />
<br />
- Y entonces ¿no te fías delos santos? ¿Quienes hay sobre este suelo más fiables que ellos, que no solo huyen de la mentira más pequeña e insignificante, sino que han estado dispuestos a dar su vida por defender sus creencias? ¿Y la Biblia? ¿Y sus escritos? Son otros tantos mapas y guías que te indican cómo llegar, qué hacer para no extraviarte ni perderte. Y tienes a primeros testigos, tus hermanos y de comunidad, tus confesores. ¿No podría decirse, pues, que deberías estar más seguro de la existencia del Cielo, que de la existencia de Sudáfrica? <br />
<br />
"Si pierdes el camino, es que realmente no lo estabas siguiendo bien, con la necesaria decisión, con la imprescindible voluntad de llegar al final. Tu brújula y tus instrumentos de navegación están por todas partes, esperando que recurras a ellos, los uses, y te ayuden a afianzarte en la verdad. Si los ignoras o los usas con desdén, ¿qué se puede esperar como resultado? Es como aquel navegante que posee el mejor barco, las mejores cartas náuticas y los mejores instrumentos, pero no quiere fiarse de ellos, ni usarlos, o los usa mal o desconfía de lo que en ellos aparezca, y espera que llevado simplemente de su intuición acabe en el puerto de destino. ¿Qué puede esperarse de alguien así? La mayoría, y con razón, diríamos que es un loco. Es lógico que pierda la confianza y la desgana se apodere de él, porque no logrará nada a ciegas y ni aún por casualidad llegará a su destino". <br />
<br />
Y me levanté, diciéndole mientras me iba:<br />
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- Sigue orando. <br />
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-78622541910234587612018-07-19T22:11:00.001+02:002018-07-19T22:11:13.721+02:00La capilla y las horas de misa<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi26G6ix4emz3EqeJF_OZ4ypt5a2Rsc1PbZPJYb8XDp0kbOPm4FBtJcOCM-KmqtWSkfC7i2ddkRBrdq-XEyBv3Xl5gh8Abf0BGBNFt5oLGohSHgvTxMy3vCF-Unup28m5FCZDNoyRa3eg/s1600/capilla_01.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi26G6ix4emz3EqeJF_OZ4ypt5a2Rsc1PbZPJYb8XDp0kbOPm4FBtJcOCM-KmqtWSkfC7i2ddkRBrdq-XEyBv3Xl5gh8Abf0BGBNFt5oLGohSHgvTxMy3vCF-Unup28m5FCZDNoyRa3eg/s600/capilla_01.jpg" /></a></center><br />
En la capilla de la abadía, con la imagen de la Nuestra Señora del Carmelo en el altar mayor, los monjes nos sentábamos en un lugar apartado, aislado, en el coro. Estaba situado a la derecha del altar, en el transepto, en uno de los brazos de la cruz que dividía la capilla en secciones, y expresamente alejado de los bancos de la nave central, en donde se sentaba el pueblo. <br />
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Cada día celebrábamos dos misas, una de ellas, a las doce del mediodía, era en la que se abrían las puertas de la capilla al público. Los domingos había dos misas públicas, a las doce y, la otra, a las siete, donde se rezaban las vísperas tras ella y el rosario antes de ella. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZFvLmTY7a98k_PKieK3b9OBvxDFzvN5z_h_soZiGWxMAcRlf1TyOrC_A2ZFVgWXshmMIv8PyqWZbjfp9dSIDzFyvarSDCVCIahpsV7XG1CRtXYeZWB7Kp_pOtZJOUxs2cKbBSB_ZYUA/s1600/capilla_02.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZFvLmTY7a98k_PKieK3b9OBvxDFzvN5z_h_soZiGWxMAcRlf1TyOrC_A2ZFVgWXshmMIv8PyqWZbjfp9dSIDzFyvarSDCVCIahpsV7XG1CRtXYeZWB7Kp_pOtZJOUxs2cKbBSB_ZYUA/s600/capilla_02.jpg" /></a></center><br />
Durante todos los días un hermano rezaba en la capilla, antes de la misa, el rosario, una tarea que nos la repartíamos a turnos. <br />
<br />
No acudía mucha gente a las misas, salvo algunos meses durante el verano. La mayoría de los feligreses eran vecinos muy mayores de las aldeas circundantes, que no tenían servicio religioso En su localidad algunos recorrían casi diez kilómetros para llegar, por lo que había ancianos que, sin posibilidad de desplazarse en auto ni caminando, tenían serias dificultades para recibir los sacramentos. <br />
<br />
Por ello, nuestra labor pastoral por las aldeas y poblados de los alrededores era muy importante. Así, tanto algunos sacerdotes o hermanos acudíamos en ocasiones a los domicilios, o a leer la Palabra, rezar oraciones o decir misas, en las capillas y ermitas de las montañas cercanas. <br />
<br />
Aunque teníamos un viejo automóvil para casos de necesidad, la mayoría de nuestros trayectos los realizábamos a pie. No solo por cuestiones de ahorro, que también, sino por motivos de obvia disponibilidad: no podíamos tener un vehículo para cada uno. <br />
<br />
Yo solía aprovechar esas horas de camino para realizar mis oraciones, o escribir las notas y apuntes que el Señor me inspiraba. Eran, además, momento de cierta relajación, pues podía así centrar todos mis sentidos en el Señor, al que había dedicado mi vida. <br />
<br />
Tampoco en el resto de tareas recurríamos demasiado a las máquinas modernas, tanto en el cultivo de las tierras, para la labranza, o en los talleres de la abadía, las herramientas eran principalmente artesanales y casi todo el trabajo, manual. Si ciertamente cultivábamos los campos y realizábamos trabajos de carpintería, antes que carpinteros o agricultores éramos, sobre todo, monjes, por lo que nuestro trabajo manual solo era un medio para subsistir y poder satisfacer nuestras necesidades básicas de supervivencia, que nos posibilitaba nuestro cometido principal de dedicación a Dios y de oración y soledad, alejados del mundo aun estando en el mundo, en la espera paciente y perseverante en la venida de Cristo nuestro Redentor.Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-5283094491874469122018-07-19T22:10:00.001+02:002018-07-19T22:10:55.528+02:00La hora canónica<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjggdT541lPB1geVl6V-GUY5V9EdLVKW-SUtD2AR1KdZYahr0hjlWERg6TG75tZfts2EqbgVBH8Svemb4QmAozp7DesGjafucEWI4hjCb6m4Xu9cS2BqTw7cNiVRydFxXW3IX73pe4z3Q/s1600/hora_canonica_01.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjggdT541lPB1geVl6V-GUY5V9EdLVKW-SUtD2AR1KdZYahr0hjlWERg6TG75tZfts2EqbgVBH8Svemb4QmAozp7DesGjafucEWI4hjCb6m4Xu9cS2BqTw7cNiVRydFxXW3IX73pe4z3Q/s600/hora_canonica_01.jpg" /></a></center><br />
Seguramente el abad De la Cruz estaría pensando que dónde me habría metido. No era fácil ascender por un sendero que hacía tiempo ya había dejado de ser un camino asfaltado, y estaba convertido en un barrizal, reseco a veces, otras cubierto de hojas secas caídas de los árboles y, siempre, entre una niebla persistente. <br />
<br />
En algún recodo se abría cierta perspectiva del entorno, apareciendo una visión de las montañas que, en días claros, debía de resultar arrebatadora e inspiradora pero que, entre la pertinaz niebla, apenas se distinguía ni el paisaje, ni los más que probables barrancos que se encontrarían en derredor. Seguí con paciencia por la segura senda, intentando librar mis pies de los recovecos que habían formado las pisadas del ganado que por allí había transitado, sin lograrlo en un gran número de ocasiones. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtUMcPVGpl-wv9taOvinM9I3PTlWaYLhnQF71JFWpytEmAByNw0jNKLo6Etomqbu-eaTY1ALs9RbbzeShQvHLqaQYVqKEkRapi8Kw5LKC4Tz7PHgz6HQ9TH_RHQh7HIYehZUt249qe4g/s1600/hora_canonica_02.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtUMcPVGpl-wv9taOvinM9I3PTlWaYLhnQF71JFWpytEmAByNw0jNKLo6Etomqbu-eaTY1ALs9RbbzeShQvHLqaQYVqKEkRapi8Kw5LKC4Tz7PHgz6HQ9TH_RHQh7HIYehZUt249qe4g/s600/hora_canonica_02.jpg" /></a></center><br />
Me sentía perdido, aunque en mi interior creía estar seguro del camino. <br />
<br />
El cielo cada vez más gris y compacto me indicaba que no tardaría en llover, y que ese fenómeno atmosférico sería solo cuestión de tiempo. La niebla, no obstante, ya había impregnado de cierta capa de humedad todas mis prendas. <br />
<br />
Miré mi viejo reloj girando mi muñeca, y al ver la hora intuí que los monjes de la abadía ya habrían rezado los laudes. Pronto estarían en la misa vespertina, y yo aún sin aparecer. <br />
<br />
Entonces me resultó familiar una vieja fuente en el camino, y sabía que solo tenía que girar a la derecha, y podría divisar ya a lo lejos la torre de la abadía. Fue un alivio descubrirlo así que, mientras me acercaba con paso ya más seguro y decidido, repetí la consagración a nuestra Señora la Virgen del Monte Carmelo.<br />
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<center><iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/T5K78COqacw" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></center>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-22752735166632543632018-07-19T22:09:00.006+02:002018-07-19T22:09:56.219+02:00La llegada<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD77pau8pjh_4e5O8ycd7dSKeOnuym8e5l1XxXl1Yj6AlHsrJE8GA4yXjNtufOgadnKSfo20jqT5KAcZK2Orekcmx_oYSKb4RsZ0-ssdRfvVwja86ykk1X8_AXMijg9aJJkG0pslJTDA/s1600/llegada_01.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgD77pau8pjh_4e5O8ycd7dSKeOnuym8e5l1XxXl1Yj6AlHsrJE8GA4yXjNtufOgadnKSfo20jqT5KAcZK2Orekcmx_oYSKb4RsZ0-ssdRfvVwja86ykk1X8_AXMijg9aJJkG0pslJTDA/s600/llegada_01.jpg" /></a></center><br />
Hasta el profundo valle había un viejo trayecto ferroviario, con horarios y precisión un tanto aleatorios, pero al menos la arcaica máquina diésel del tren conectaba -en tan solo un vagón- a los pocos vecinos de las aldeas cercanas, con las poblaciones más populosas de la región. Tras mi ventanilla los escarpados picos se sucedían uno tras otro, los riscos aún nevados, los cortados amenazantes en los cuales ni la vegetación crecía..., y se vislumbraba claramente la pared rocosa con el clarear de la mañana. Adiviné el olor a rocío del exterior mientras se sucedían cadenas montañosas entre la neblina de la lejanía. Algunas pocas casitas, reunidas como en panal, sembraban los valles y confluencias de caminos aquí y allá, con cierto desorden. <br />
<br />
El tren traqueteaba casi vacío, solo un señor de pelo blanco estaba sentado en la parte delantera del vagón, aunque de él yo apenas divisaba su coronilla, que surgía como un peñasco entre los asientos mullidos, ennegrecidos por el uso y por los años que habían pasado por ellos. <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwHzR1WHnLhKFI_wMcjMYr_RDT1J_gAiUoMX4ywCnxOgjRxsma18nxYVHxmTGGkzBVw0wuF8GMeMYlukL3qSM4MbJqlzfAAS9HbOzt6jaNvcZeSMyXuFRR25halQGINAWPVM5iCXaldg/s1600/llegada_02.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwHzR1WHnLhKFI_wMcjMYr_RDT1J_gAiUoMX4ywCnxOgjRxsma18nxYVHxmTGGkzBVw0wuF8GMeMYlukL3qSM4MbJqlzfAAS9HbOzt6jaNvcZeSMyXuFRR25halQGINAWPVM5iCXaldg/s600/llegada_02.jpg" /></a></center><br />
El paisaje, y las horas, invitaban a dormitar, pero yo saqué el rosario de mi bolsillo y repasé uno a uno sus misterios en latín. "Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus...". Cuando finalmente llegué al apeadero, hecho de ladrillo y reacondicionado un millón de veces, las nubes de lluvia ya casi habían sustituido por entero al cielo azul. Sus negras sombras amenazaban en silencio, aunque flotaban moviéndose veloces por los vientos otoñales de los últimos meses del año. <br />
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Alcé mi alzacuellos y me lo ceñí con las manos. Avancé en silencio ascendiendo por la carretera empinada hacia las afueras de la aldea. En un pequeño bar, un equipo de leñadores estaban tomando un refrigerio armando un escándalo alrededor de sus pick-ups. Por su dialecto pude comprobar que la mayoría eran portugueses. Me miraron como si fuera un extraterrestre, al verme aparecer solitario en el borde de la carretera a aquéllas horas de la mañana. Pronto los dejé atrás, y me vi envuelto entre la niebla casi sin darme cuenta. <br />
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<center><iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/O6yeBqxfMrQ" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></center>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1767888966247552347.post-27518324135914750502018-07-19T22:09:00.002+02:002018-07-19T22:10:34.079+02:00El amanecer<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikvv6ULvrvIGDX4Pip60p8fWVRnXjyL9bVjF_PSmfw7i_S4vpU5Ka8b0Z0n1ImgdsS4PIX0vFgc82TMeH8axISFvkR0SLFG4R7GQy1JunaOHw9Qeb3Yc286M4Uygyo7p4xTE_uFqrf8w/s1600/el_amanecer_01.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikvv6ULvrvIGDX4Pip60p8fWVRnXjyL9bVjF_PSmfw7i_S4vpU5Ka8b0Z0n1ImgdsS4PIX0vFgc82TMeH8axISFvkR0SLFG4R7GQy1JunaOHw9Qeb3Yc286M4Uygyo7p4xTE_uFqrf8w/s600/el_amanecer_01.jpg" /></a></center><br />
Desperté de madrugada, cuando aún la oscuridad exterior era absoluta. Traté de distinguir entre las tinieblas del firmamento la presencia de nubes, pero solo pude distinguir algunas sombras borrosas. Me arrodillé para rezar mis oraciones y, con la mirada hacia el suelo y humildad sincera, musité una de las oraciones que acostumbraba a rezar diariamente antes de enfrentarme a los avatares del día: <br />
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"<i>Dadme, Señor, las gracias necesarias para afrontar este día, sostenme con ellas para que cumpla fielmente Tu santa voluntad y ni te ofenda ni te defraude. Guíame, por ello, para que pueda enfrentarme a los avatares de este día</i>". <br />
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<center><a target="_blank" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5RXI9uGSIEI9SA7ngojAS2K6d3DDJ-UjDoFttoHoFB8fD_qlTi3yUiOMXhAKlPzguQVTuDTBvPYFxUWECnesYVtJF3LuYNrDbVJOqQ7P73YRQ_AQl_zqjE4UyAGvE0gpItxAWDeCdXQ/s1600/el_amanecer_02.jpg"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5RXI9uGSIEI9SA7ngojAS2K6d3DDJ-UjDoFttoHoFB8fD_qlTi3yUiOMXhAKlPzguQVTuDTBvPYFxUWECnesYVtJF3LuYNrDbVJOqQ7P73YRQ_AQl_zqjE4UyAGvE0gpItxAWDeCdXQ/s600/el_amanecer_02.jpg" /></a></center><br />
Añadí mis habituales plegarias por las ánimas del purgatorio, y me vestí. En mi mente recordaba las palabras del abad Pardo de la Cruz: "modestamente". ¿Cómo es "modestamente" cuando uno va a incorporarse a la santa Orden del Carmelo? Debería saberlo, supuestamente para eso había sido mi periodo de noviciado. <br />
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Unos rayos de sol tras los escarpados picos que se veían desde la ventana me sacaron de mi aturdimiento. Metí mis pocas pertenencias en la mochila, pocas eran mis posesiones, y aún menos iba a necesitar. <br />
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